En el crepúsculo
Regreso a casa. No me gusta conducir de noche. Ni carearme con el sol cuando voy al volante. Tuve que asumir las dos cosas, por desastrado. Me costó despedirme del Mediterráneo y salí tarde. Mereció la pena, o al menos eso dice la foto. Aunque llegué tan retrasado a mi cita con el frío de Madrid que, a penas terminé de cenar, una filósofa feminista de París (disculpen las tautologías, no recuerdo su nombre) ya apuraba los posos del programa imprescindible de Punset con un postulado muy didáctico:
...La mamada requiere de un conjunto de técnicas pedagógicas de aprendizaje...
Antes había sostenido, muy masculina en su plena feminidad:
...Es absurdo pensar que el pene es un órgano genital masculino...
Este diálogo no ha hecho más que comenzar. El blog sigue en obras. Y el congreso dedaísta ha dado mucho que escribir. Y que ver. Hasta los ciegos nos miraron mal.
Por favor, no hagan ruido al irse a la cama. La Mar está durmiendo.
...La mamada requiere de un conjunto de técnicas pedagógicas de aprendizaje...
Antes había sostenido, muy masculina en su plena feminidad:
...Es absurdo pensar que el pene es un órgano genital masculino...
Este diálogo no ha hecho más que comenzar. El blog sigue en obras. Y el congreso dedaísta ha dado mucho que escribir. Y que ver. Hasta los ciegos nos miraron mal.
Por favor, no hagan ruido al irse a la cama. La Mar está durmiendo.