I Congreso Dedaísta lejos de Praga
Se está celebrando en un lugar ignoto del Mediterráneo el I Congreso Dedaísta allende las fronteras de la tan añorada y despechada Praga. Por primera vez se reúnen, solos, sus cofundadores. Cinco puntos, hasta la fecha, en el programa:
1. El miembro cofundador Davide Granda leerá su ponencia “La desazón como epílogo del desasosiego: La mujer, ¿fuerza senoidal o tangencial en el viaje del hombre hacia la levedad y/o el peso?”. Sin horario definido. La lectura deshilachada de pasajes se prolongará a lo largo de toda la semana.
2. Relectura y modificación, si fuere necesario y siempre bajo la bendición del maestro Dedekind, matemático del infinito, del decálogo normativo. Concretamente, el compañero Delaosa, ese derviche desabrochado, justificará ante sus señorías (plural mayestático) el punto 7 y su invectiva contra Barthes.
3. Creación de un blog.
4. Cena libresca. Complementaria y/o supletoria de las cotidianas. Los comensales buscarán un restaurante que reúna las condiciones pactadas de antemano y, a los postres, se obsequiarán con un libro cuyo título y autor han de ser secretos para el destinatario. La cena libresca se repetirá anualmente y será bautizada e institucionalizada con el nombre del restaurante primigenio.
5. Ruegos y cervezas.
1. El miembro cofundador Davide Granda leerá su ponencia “La desazón como epílogo del desasosiego: La mujer, ¿fuerza senoidal o tangencial en el viaje del hombre hacia la levedad y/o el peso?”. Sin horario definido. La lectura deshilachada de pasajes se prolongará a lo largo de toda la semana.
2. Relectura y modificación, si fuere necesario y siempre bajo la bendición del maestro Dedekind, matemático del infinito, del decálogo normativo. Concretamente, el compañero Delaosa, ese derviche desabrochado, justificará ante sus señorías (plural mayestático) el punto 7 y su invectiva contra Barthes.
3. Creación de un blog.
4. Cena libresca. Complementaria y/o supletoria de las cotidianas. Los comensales buscarán un restaurante que reúna las condiciones pactadas de antemano y, a los postres, se obsequiarán con un libro cuyo título y autor han de ser secretos para el destinatario. La cena libresca se repetirá anualmente y será bautizada e institucionalizada con el nombre del restaurante primigenio.
5. Ruegos y cervezas.
1 Comments:
Ahora no puedo. Últimamente no tengo tiempo nunca -de hecho ni lo tengo ni aprovecho el poco que tengo-. Pero no tengo NINGUNA DUDA de que participaré en esto si continúa. No es una promesa, es una certidumbre.
Me gusta esto.
Por cierto, mi estado general se aproxima a la levedad actualmente, ¿peligrosamente? Y tiende desde luego a ser insoportable demasiado a menudo.
¿Es el ínfimo nivel que me rodea la causa de esta levedad, a la que no puedo hacer otra cosa que adaptarme para no gritar/pegar/ser el único distinto?
Lo dicho. Participaré.
Santi Folch, con aprecio y respeto en la distancia.-
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