El Abc en la Facultad de Filosofía y Letras (Desprecio) /1
El stand de Abc visto desde la segunda planta de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM. /Hans G.
Una hora de espera para nada. Esa grandísima hija de mil padres que es la administradora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM está en el médico. Al menos eso me excusan, dado el grosor de la vena que despunta en mi frente y baja como una anaconda partiéndome la cara hasta esconderse cuello abajo por mi camisa vaquera.
-Sólo necesito su firma. ¿Tanto talento rebosa que nadie la puede suplir cuando se va a tomar seis cafés?
-No, la verdad es que no. Vuelve mañana. Te aseguro que tendrás tu certificado.
Y encima me tutean. A Larra al menos le trataban de usted. Y encima eso yo no lo sabía una hora antes, justo en el momento en que me dijeron que esperara una hora. Cuando empecé a caminar con inercia entre los pasillos y los alumnos y las erasmus. En la segunda planta. A las 12:05 de la mañana. Cuando a pesar del madrugón no me apetecía un tercer café...
Me apoyo en la barandilla e intento descifrar el paisaje a través de unos opacos ventanales. Tienen tanta mierda madrileña que hacen milagros en forma de espejismos. Parece que apenas unos centenares de metros nos separan de los Alpes. Escudriño el reloj, las 12:07. Bajo la mirada y me encuentro con un stand del Abc rebosante de periódicos calentitos del día.
Estuve a punto de saltar.
10 metros.
Como Spiderman.
Supongo que es una sensación de felicidad tan ruin y onerosa que es mejor no explicar. Un rotativo serio de información general gratis. En un contexto de bostezo. Emboco las escaleras y bajo a la primera planta, camino
tic-tac tic-tac
pienso en la crónica del Depor-Madrid, camino, me suena el móvil, lo ignoro, ya huelo la fragancia que desprende el papel de periódico recién impreso por las mañanas
tic-tac tic-tac tic-tac
veo el tenderete al fondo, ya más cerca, 17, 12, 6 metros, ahora 3 pequeños escalones y entonces, cuando me dispongo a tirar el penalti y llevar a Camerún al Mundial, me invade una pesadumbre tan grande que me quedo paralizado e impedido para depredar un sólo ejemplar. Qué sensación de orfandad. Decenas y decenas de periódicos ninguneados. Una montonera de diarios por desvirgar, impolutos, blancos, sin mácula ni tacha alguna, con sus perfiles rectangulares perfectamente alineados, perfectamente despreciados y silenciados y malqueridos por todos aquellos que viven la facultad.
¿Por qué?
(Continuará)
-Sólo necesito su firma. ¿Tanto talento rebosa que nadie la puede suplir cuando se va a tomar seis cafés?
-No, la verdad es que no. Vuelve mañana. Te aseguro que tendrás tu certificado.
Y encima me tutean. A Larra al menos le trataban de usted. Y encima eso yo no lo sabía una hora antes, justo en el momento en que me dijeron que esperara una hora. Cuando empecé a caminar con inercia entre los pasillos y los alumnos y las erasmus. En la segunda planta. A las 12:05 de la mañana. Cuando a pesar del madrugón no me apetecía un tercer café...
Me apoyo en la barandilla e intento descifrar el paisaje a través de unos opacos ventanales. Tienen tanta mierda madrileña que hacen milagros en forma de espejismos. Parece que apenas unos centenares de metros nos separan de los Alpes. Escudriño el reloj, las 12:07. Bajo la mirada y me encuentro con un stand del Abc rebosante de periódicos calentitos del día.
Estuve a punto de saltar.
10 metros.
Como Spiderman.
Supongo que es una sensación de felicidad tan ruin y onerosa que es mejor no explicar. Un rotativo serio de información general gratis. En un contexto de bostezo. Emboco las escaleras y bajo a la primera planta, camino
tic-tac tic-tac
pienso en la crónica del Depor-Madrid, camino, me suena el móvil, lo ignoro, ya huelo la fragancia que desprende el papel de periódico recién impreso por las mañanas
tic-tac tic-tac tic-tac
veo el tenderete al fondo, ya más cerca, 17, 12, 6 metros, ahora 3 pequeños escalones y entonces, cuando me dispongo a tirar el penalti y llevar a Camerún al Mundial, me invade una pesadumbre tan grande que me quedo paralizado e impedido para depredar un sólo ejemplar. Qué sensación de orfandad. Decenas y decenas de periódicos ninguneados. Una montonera de diarios por desvirgar, impolutos, blancos, sin mácula ni tacha alguna, con sus perfiles rectangulares perfectamente alineados, perfectamente despreciados y silenciados y malqueridos por todos aquellos que viven la facultad.
¿Por qué?
(Continuará)
3 Comments:
Quizá porque los "progresistas" de esa facultad son tan modernos que prefieren no leer un periódico que coger gratis el ABC. Quizá.
Tamim
Elena Anaya. Ay.
p.d.: El señor director de nuestro Austral no puede sacar a la luz con toda la naturalidad del mundo sus pocas artes en lo tocante a los computadores. Eso se pregunta en privado, hombre. Y así como el que no quiere la cosa y tal.
¿Te quedan entrada(s) para Coldplay?
Esta anécdota de los ABC en la facultad de Filosfía y Letras refleja muy bien cual es la idiosincrasia, de la gente que habita en ella (lo dice alguien que ha caminado y camina mucho por sus pasillos)se nos podrá acusar de "progres trasnochados" como dijo ese gran estadista llamado Aznar, pero un periódico, además de una fuente mas o menos contrastada de información, es una especie de bandera, y uno se avergüenza de pasearla por territorio "progre". Podrá parecer ridiculo al que no conozca esa facultad, al que no haya jugado al mus en su cafeteria, al que no se haya fumado un porro en sus pasillos o al que no haya visto los papeles que cuelgan de sus corchos, pero en la Facultad de Filosofia y Letras no se lee el ABC ni se lleva el caballito en la camisa. Alberto Baena
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